Kinder GarTeN

30 Oct

Weno, weno… Hoy voy a hablaros de los niños. Esas personitas tan agradables, a veces. He empezado a trabajar en un colegio y la verdad, lo estoy considerando una gran experiencia. Disfruto pues comunicándome con ellos. Son mucho más interesantes que algunos adultos. Son divertidos. Quizás estoy sacando la niña que llevo en mi. Posiblemente me están enseñando mucho. Es genial observarlos. No tienen prejuicio alguno. Están limpios de vergüenza. Y limpios de falsedad. Son ellos mismos. Aunque… a veces mienten para conseguir sus objetivos.
Poco a poco me doi cuenta de que uno puede hablar con ellos. Hay que lograr entenderlos. Hay niños de todos los colores. Los hay de serios. Otros muy alegres. Otros más tristes. Otros gamberros. Pero no tienen maldad.
En el cole estoy viendo que me dán cariño. Que de alguna manera formo parte de su vida. Pues algo confían en mi.
Los más peques son super cariñosos. Siempre me abrazan, me tocan el cabello. Aunque también son muy chibatos. Pretenden que cualquier problems lo solucione yo. Yo hago lo que puedo.
Los más grandes, más bien tratan de ser mis amigos. En realidad las niñas lo intentan. Ellas empiezan ya a hablar de novios. Comienzan a jugar a esos juegos de dar 3 nombres de chico, 3 paises, 3 colores, etc. Finalmente van eliminando posibilidades hasta premiar un nombre (que será el chico que se casara con ellas), un país ( que será dónde se van a casar), un color ( será el del vestido que llevarán ése día). Los niños empiezan a ser más vergonzosos. Tratan también de hacerse los xulos. Y también son más dinámicos. Se quejan porque no les dejo jugar al futbol.
Hay también unos 10 niños de integración. No podría evitar comentarlos. Pues se trata de personas muy especiales. Muy cariñosos. Y con la necesidad de que alguien les ayude y les dedique mucha atención. Los hay de todo tipo. Algunos solo con algun retraso. Otros con cositas más graves. Me he quedo impactada con ellos. Se hacen querer enseguida.
En definitiva, me siento querida en el cole. Es la primera vez que trato con tantos niños. Y no me desagrada. Pues juego con ellos y me lo paso bomba. Casi no puedo considerarlo trabajo. Pues también hago pocas horitas. Pero ya me va bién. Quien sabe… igual estoy descubriendo mi vocación… Igual es un poco de instinto maternal… O igual simplemente estoy quitándome la etiqueta de que : ” No tengo paciencia para los niños. No tengo paciencia.” De hecho, mucha gente me dice que le extraña que me guste ésto. Es más flipan bastante.(jejeje)
Ya seguiré contando más anécdotas…

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